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La historia de Santa Pau empieza en la Baja Edad Media, cuando una familia noble se instaló en una pequeña colina del valle, entre las sierras de Finestres, al sur, y de Sant Julià del Mont, al norte. En el siglo XIII, alrededor del castillo del barón, algunas familias empezaron a construir casas buscando protección y ya en el año 1297, el lugar obtuvo el privilegio de acoger el mercado, el cual se continúa celebrando en la plaza mayor porticada. Pero la riqueza patrimonial de la villa no se limita al núcleo urbano, sino que se extiende por el valle y las colinas, donde encontramos iglesias de diferentes épocas. El 80% del territorio está protegido por el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Es en este espacio donde hay volcanes y lugares tan emblemáticos como el Croscat, Santa Margarida o La Fageda d'en Jordà. La tercera semana de enero, Santa Pau acoge la Fira del Fesol, una feria dedicada a las alubias típicas de la zona.
