Camino de Santiago

Sigue, en la Garrotxa, el trazado del camino de Santiago, tal como lo han recorrido los peregrinos durante siglos; disfruta del entorno desde el valle de Hostoles hasta el Collsacabra.

El Camino de Santiago es una ruta de peregrinaje que conduce, desde varios lugares de Europa, hasta Santiago de Compostela. Hace siglos que personas de todo el mundo recorren este camino porque se cree que allí reposan los restos del Apóstol Santiago. En esta ruta conoceremos la historia del camino y lo recorreremos por la comarca de la Garrotxa. Esto nos permitirá descubrir varios lugares de interés por las poblaciones por donde transcurre. Santiago fue uno de los doce apóstoles de Jesús y se dice que predicó por la península ibérica. En el año 44 fue decapitado en Jerusalén y, según cuenta la leyenda, llevaron sus restos al fin del mundo. Por aquel entonces creían que el mundo era plano y terminaba en tierras gallegas, a Finisterre, porque América no fue descubierta hasta 14 siglos después. La leyenda del apóstol continúa en el año 814, cuando un pastor de nombre Pelayo vio una estrella que le indicó donde estaba el sepulcro del santo. Gracias a esto, el obispo Teodomiro lo encontró y estableció que aquellos restos correspondían al Apóstol. Este hallazgo empezó a atraer personas de todos los lugares que iban hasta Santiago de Compostela en peregrinación. Esto hizo que surgiesen una gran cantidad de rutas para llegar, destacando la que, viniendo de Francia, supera los Pirineos por Roncesvalles y resigue el norte de la península ibérica. En Cataluña, el Camino de Santiago que está señalizado empieza en Port de la Selva, sube hasta Sant Pere de Rodes y cruza el Empordà hasta Girona. A partir de aquí sube hasta Olot y, pasando por Vic, continúa hacia Montserrat y sigue hasta Lleida. Aunque en la Garrotxa existe más de una ruta para hacer el Camino de Santiago, empezaremos por la más fácil, popular y accesible. Comparte recorrido con la Via Verda y transcurre por el camino donde estaban las vías del tren que bajaba de Olot a Girona y Sant Feliu de Guíxols. Es un sendero en el que no pueden circular vehículos de motor, de manera que solo se puede hacer a pie o en bicicleta. Entraremos en la comarca por el valle de Hostoles y la primera población que encontraremos será Les Planes d’Hostoles. El camino cruza el pueblo y continúa por el valle hasta Sant Feliu de Pallerols. En este municipio hay varias rutas que se adentran en el bosque, además de numerosos elementos de interés, como los que nos rememoran la época de los payeses de remensa. Una vez dentro del pueblo encontraremos la humilde capilla de Sant Sebastià, que parece que fue construida en el siglo XVI. Tampoco podemos dejar de visitar la iglesia parroquial, de estilo Gótico rural, que fue construida después que los terremotos de 1427 y 1428 destruyeran el anterior edificio que había en el mismo lugar. La visita a esta iglesia será la excusa perfecta para desviarnos del camino y descubrir el pueblo de Sant Feliu de Pallerols. Volviendo al camino, después de salir de Sant Feliu de Pallerols, encontraremos un desvío que lleva a la capilla de Santa Cecília, documentada desde el año 1176, pero reconstruida en el siglo XVII. Un poco más adelante, justo al pie de la Via Verda, está la iglesia de Sant Miquel de Pineda, que también fue destruida por los terremotos y reconstruida posteriormente. Mucho más lejos del camino nos queda Sant Iscle de Colltort, una iglesia ya documentada en 1020 pero destruida por los terremotos del siglo XV. La actual es del siglo XVIII y acoge un pequeño vecindario. Después, el camino empieza a subir hasta que superamos el Coll d’en Bas, a 620 metros, el punto más alto de la Via Verda, entre Olot y el mar Mediterráneo. A partir de aquí, empezaremos a bajar para entrar en La Vall d’en Bas. El primer núcleo de población que encontraremos es el de Sant Esteve d’en Bas. Situado en una fértil llanura, es el pueblo donde viven más personas de todo el municipio de La Vall d’en Bas. Su historia es muy antigua, ya que se cree que fue habitado desde antes de la cristianización. En los siglos XII y XIII se convirtió en la capital del vizcondado de Bas. Dando una vuelta por el pueblo descubriremos varios dinteles, algunos con muchos siglos de existencia. Dentro del núcleo de Sant Esteve es donde el Camino de Santiago se separa de la Via Verda. Esta se dirige hacia Les Preses y Olot. El Camino de Santiago, en cambio, sigue el antiguo camino real de Vic a Olot, una vía utilizada ya en la época medieval. Este camino nos conducirá a Hostalets d’en Bas. Un núcleo que se formó alrededor del hostal que estaba al pie del camino. Por lo tanto, es una muestra evidente que en el siglo XVII, cuando no había el fervor peregrino de los siglos XI y XII, este camino era lo suficientemente transitado para favorecer la creación de este pueblo. Els Hostalets es uno de los núcleos más pintorescos de la comarca, destacando la calle Teixeda, que se ha convertido en una de las postales más típicas de la Garrotxa. Después de Els Hostalets, el camino deja La Vall d’en Bas y empieza a subir a las montañas. Siguiendo el sendero, en medio de un robledo, encontramos la capilla románica de Sant Simplici. Es uno de los últimos elementos de la Garrotxa, al pie del camino, antes de entrar en la vecina comarca de Osona. Se cree que otro de los caminos de Santiago que recorre la comarca de la Garrotxa es el que seguía la vía Annia, la vía romana que se separaba de la vía Augusta. Parece que la vía Annia empezaría en el Empordà y se adentraría en la Garrotxa, siguiendo el curso del río Fluvià. La vía romana del Capsacosta es el tramo más bien conservado, porque es el más apartado de los núcleos habitados. En los demás municipios cuesta encontrar restos físicos de la vía romana, de modo que resulta casi imposible llegar a saber exactamente por dónde pasaba. Sea como sea, sabemos que mil años más tarde que los romanos, los peregrinos recorrían los mismos caminos o, por lo menos, unos muy parecidos. Besalú es un ejemplo de villa que, transitada por tantos peregrinos, llegó a construir edificios específicamente para ellos. Es el caso del antiguo hospital-iglesia de Sant Julià. Construido en el siglo XII por los condes de Besalú, estaba destinado a la atención de los peregrinos. Destacan los seis arcos de la portalada y las figuras de animales y plantas de los capiteles. Este hospital era regido por los monjes benedictinos del antiguo monasterio de Sant Pere, ubicado justo al lado. El monasterio fue consagrado en el año 1003 por el conde Bernat I de Besalú, llamado Tallaferro. El edificio que podemos ver hoy, presidiendo la plaza, es la antigua iglesia monacal, construida en el siglo XII. Podemos destacar, en relación con el Camino de Santiago, el deambulatorio, un paso específico para los peregrinos, que tenía como objetivo facilitar el tránsito de los fieles por el interior de los templos, sin estorbar las celebraciones que se pudieran estar haciendo simultáneamente. Algunas calles más arriba encontraremos la iglesia románica de Sant Vicenç, seguramente la primera que se construyó en Besalú. Ya se la cita en un documento de 977. Todos estos templos muestran la importancia de los peregrinos en la vida de Besalú a principios de milenio. Queda claro pues, que tal como pasó años después con los judíos, los peregrinos ayudaron a configurar no solo el patrimonio histórico, sino también la personalidad de la villa. Para continuar el Camino, seguimos el curso del río Fluvià y superamos Castellfollit de la Roca, donde seguramente ya pasaba una vía romana, que podrían haber seguido los peregrinos de Besalú que iban a Vic. Llegamos a Sant Joan les Fonts, una villa repleta de lugares para descubrir, ya sean históricos, fluviales o de sedimentos de lava. Estos elementos aparecen en otras rutas, pero en este caso nos fijaremos en los numerosos edificios de época medieval. Empezaremos, pues, por el monasterio de Sant Joan les Fonts. Del antiguo monasterio benedictino solo queda la iglesia románica del siglo XII, situada en un lugar cerca del río y protegida por la montaña. Destaca del edificio el color rosado, producto de la piedra del entorno. Casi en el otro extremo del pueblo está el antiguo puente medieval, que era una infraestructura fundamental de la época porque permitía cruzar el Fluvià. Ya existen documentos que hablan de un puente en el siglo XIII. Con todo, el actual es posterior porque el primero quedó muy dañado después de los terremotos del siglo XV y fue necesario reconstruirlo. La piedra volcánica utilizada en la construcción lo hace característico de la zona. También cabe destacar la casa fuerte Estada Juvinyà, una construcción medieval del siglo XIV que conserva una torre del siglo XII. En este caso debemos fijarnos especialmente en la extraordinaria robustez de la torre y del conjunto. Actualmente, acoge diferentes exposiciones que nos ayudan a entender un poco mejor desde la prehistoria local hasta la vida de los Juvinyà cuando habitaban esta casa. Después de pasar por Sant Joan, los peregrinos podían continuar hacia poniente por varios caminos. Puede que algunos siguieran la antigua vía romana que sube por el Capsacosta, otros bajaran a Girona y otros a Olot y Sant Esteve d’en Bas, para cruzar el Collsacabra en dirección a Vic. Durante los primeros siglos del pasado milenio, el Camino de Santiago fue un camino espiritual, pero también cultural, lo que permitió el intercambio de conocimientos entre los peregrinos de todo el mundo y los municipios por donde pasaban.

La concha del peregrino se ha convertido en el símbolo del Camino de Santiago. La encontramos en las señales que nos indican el camino desde todos los países de Europa hasta Santiago de Compostela. Antiguamente, solo podían lucirla los que habían llegado a la tumba del santo. Así, cuando volvían a su tierra eran reconocidos por todos como peregrinos.

Recomendación: Antes de iniciar la ruta, infórmate bien del camino que harás y de los lugares de interés que te encontrarás por el camino. Este paseo te permite descubrir elementos de patrimonio histórico y cultural de altísimo nivel y conocer poblaciones con tanta personalidad como Sant Feliu de Pallerols, Sant Joan les Fonts, Besalú o La Vall d’en Bas y todos sus núcleos.

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