Desde el siglo XII, los molinos harineros construidos junto al río Brugent, la riera de la Fàbrega y la riera de Sant Iscle, formaban parte del paisaje de Sant Feliu de Pallerols. Lo cierto es que hasta bien entrado el siglo XX, cuando era imposible competir contra la electricidad, los molinos eran los elementos centrales en la vida y en la economía de la villa. Uno de los molinos más bien conservados es el de la Conqueta, construido en 1310 y ligado estrechamente a la evolución de Sant Feliu de Pallerols. Inicialmente era un pequeño molino harinero que se accionaba mediante la fuerza hidráulica –el agua era recogida unos metros más arriba en una pequeña esclusa llamada la Conqueta. Desde allí, el agua era conducida al molino a través de un canal construido en la orilla derecha de la riera. Durante un corto periodo de tiempo, alrededor del año 1533, se convirtió en un molino de paños dedicado a la lana, pero enseguida volvió a ser exclusivamente harinero. El molino estuvo activo hasta la década de los 60 del siglo XX, cuando cesó su actividad. El Ayuntamiento de Sant Feliu de Pallerols lo adquirió y restauró. Es muy recomendable visitarlo, ya que podremos aprender cómo funcionaba un molino con la fuerza del agua.