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La Vall d'en Bas es una fructuosa plana que se abre en el sur de la Garrotxa, rodeada por pequeñas sierras, como la del Corb o la de Sant Miquel, y a los pies del Puigsacalm. Es el nexo de comunicación entre la Garrotxa y Osona. Es en este valle donde nace el río Fluvià, que atraviesa casi toda la comarca. El municipio lo forman siete pueblos: Sant Esteve d'en Bas, Hostalets d'en Bas, Joanetes, Puigpardines, El Mallol, Sant Privat d'en Bas y La Pinya. La Vall d'en Bas es un municipio fuertemente marcado por la presencia humana, desde siempre vinculada al campo. Se sabe que había asentamientos hace más de 6.000 años, pero fue en la Edad Media cuando el valle adquirió el máximo esplendor, formando parte del vizcondado de Bas y siendo la cuna de las revueltas de los payeses remensas. Por ese motivo, una parte destacable del patrimonio cultural e histórico que aún se conserva en el municipio es de época medieval. Cabe destacar el conjunto histórico artístico de El Mallol o la iglesia románica de Sant Esteve, en cuyo interior se encuentra el Cristo en majestad más antiguo de Cataluña. Además de este patrimonio, La Vall d'en Bas se caracteriza por su belleza paisajística y, muy especialmente, por una gran riqueza gastronómica.
