Pont trencat

La historia de este puente sobre el río Fluvià se remonta a las diferentes desgracias que sufrió desde sus inicios. Su construcción, iniciada en el año 1902 estuvo marcada por huelgas de trabajadores, incidencias meteorológicas y varios desprendimientos que obligaron a cambiar el proyecto original. Por ese motivo no se terminó hasta el año 1908, pero a los pocos años fue necesario rehabilitarlo debido a la aparición de numerosas grietas que hacían imposible su utilización. A finales de la Guerra Civil, durante la retirada de las fuerzas republicanas, fue destruido para dificultar el avance del ejército franquista. La necesidad de un paso sobre el río Fluvià motivó que, recién acabada la Guerra, se volviera a reconstruir, pero con tan mala fortuna que solo unos meses después, la tromba de agua del 1940 se llevó sus dos arcadas. Después de este desastre se decidió no reconstruirlo y hacer otro nuevo: el actual, por donde pasa la carretera, unos pocos metros más allá. Desde entonces, los restos de ese puente se conocen como el Pont Trencat (puente roto). Todo un ejemplo del poder de la naturaleza en ese lugar y el esfuerzo y el ingenio del hombre para subsistir en él.